Reforzar la suma introduciendo ecuaciones con Montessori
Ayer fue el último día de clase antes de las vacaciones de Semana Santa y Fiestas de Primavera, y hubo varias actividades extraordinarias en el colegio de mis hijos. Entre ellas, una fantástica procesión infantil (incluyendo personal del ayuntamiento, los de protección civil, turroneros, dos pasos, autoridades y por supuesto nazarenos y manolas), y también la entrega de premios de la Olimpiada Matemática de Primaria.
Varias niñas de la clase de mi hija (segundo de Primaria) obtuvieron medallas. Son las que ya han fijado el rol de «buenas en matemáticas«. Normalmente la asunción de estos roles viene con el de «mala o regular en todo lo demás» (excepto en los roles «empollonas»). Mi hija tiene el rol de «buena en lengua»,+»malucha en matemáticas» y aunque yo sé que ha tenido alguna dificultad con el tema de la resta, lo achaco a la diferencia de edad madurativa con sus compañeras (ella es del 17 de diciembre, por lo que hay casi un año de diferencia con las que nacieron en enero, y eso, a los 6 años, se nota). He leído en varias fuentes que el período crítico de maduración del pensamiento abstracto en las niñas está alrededor de los 7 años, y que lo un día no se puede abstraer, al día siguiente sí (de forma similar al control de esfínteres). Si tuvieran compañeros en el aula, las diferencias serían aún mayores (solamente diferenciar por sexos puede suavizar el efecto de la separación por edades que practica el sistema oficial).
Bueno, también achaco su «maluchez» al aburrimiento supino que tiene que ser escuchar la misma explicación una y otra vez, y si no lo entiendes, te la repito más alto. Creo que su profesora se esfuerza en probar otras formas de explicar cuando tiene tiempo, pero el sistema no le permite disponer de ese tiempo, y como las niñas van saliendo, mal que bien, pues eso, vamos «avanzando».
En definitiva he pensado, ya que estoy haciendo mi investigación sobre las matemáticas Montessori aplicadas a la educación financiera, experimentar los métodos en mi propia casa, y buscar una o dos actividades diarias para aproximarnos a las matemáticas de otra forma, más visual, usando el tacto, el sabor, el sonido y el olor de las cosas, y sobre todo, para que mi hija entienda que ella no solo es «buena en lengua» (que lo es) sino que es buena en todo cuando dirige su aprendizaje, y no es un sujeto pasivo al que le van subiendo el tono de voz si tarda en entender una abstracción. Al final de la serie haré un post resumen, de momento he visto algunas actividades interesantes con el ábaco, con materiales caseros como pinzas de la ropa y perchas, con legos, geoplanos… Me queda pendiente explorar un poco la appstore también, y sacarle más partido al tablet.
Hoy, como introducción, vamos a reforzar la suma, primero con el método de las estampillas, y luego vamos a usar un tablero de puntos que tiene un objetivo directo de reforzar la suma de números con más de tres dígitos, y otro indirecto de introducir las ecuaciones simples de primer grado con una incógnita.
He obtenido el tablero para imprimir y el manual de uso de Aula Mágica, del profesor de matemáticas chileno Iván Esteban Pérez, que comparte todo su material y conocimiento con licencia creative commons (¡Gracias!)