3 musas

3 musas

En toda la filosofía Montessori el número 3 tiene una importancia vital, desde el principio, al estar basado el método en el triángulo Niño – Guía -Ambiente preparado. Asimismo, cualquier aspecto del aprendizaje podemos descomponerlo en la triada mano-mente-corazón: por ejemplo, la lectoescritura desarrolla primero la mano (habilidades motoras gruesas y finas, se trabaja la pinza, la coordinación mano-ojo), por otra parte la mente (reconocimiento de letras de forma sensorial, después espacial y por último abstracta, codificación y descodificación del alfabeto, combinación de letras…) y simultáneamente, el corazón (interés por la lectura, respeto por el trabajo de las generaciones anteriores, amor por la transmisión del conocimiento y de la historia, etc.). Luego se producirá la esperada explosión de la escritura que unificará todos los esfuerzos de forma espontánea.

Triada 1
Triada 1

Además, dentro de cada «unidad» de aprendizaje podemos encontrar tres modalidades de aproximación progresiva: la primera, partiendo siempre de lo concreto y manipulativo (si seguimos con el ejemplo de la lectoescritura, las letras de lija), luego un paso a la abstracción (el alfabeto móvil, la imprenta), y por último la abstracción (de-codificación del alfabeto).

Pero además, de forma tangible, encontramos en el aula Montessori el número 3 en múltiples elementos, que de hecho, pueden permitirnos diferenciar una auténtica aula Montessori de una que no lo sea. Estos elementos son:

Grupos de tres años en el aula: Típicamente, 0-3, 3-6, 6-9 y 9-12. La razón principal es que el carácter progresivo de los materiales capturan la atención característica de cada etapa, entrelazándose y siendo usados con distinta complejidad. Tiene que ver también con no segregar a los niños por el hecho de haber cumplido años tal fecha, sino con su nivel madurativo real en cada área. Un ejemplo es que los niños de 3 años de una aula usarán los sólidos geométricos para construir, los de 4 para ponerles sus nombres geométricos, y los de 5 para relacionarlos con sus semejantes en 2D (pirámide-triángulo, cubo-cuadrado),etc. La segunda razón, no menos importante, es que los niños más pequeños a aprender de los más maduros, que ayudan y asisten a los menores en su misma aula cuando tienen dudas, asentando así su propio conocimiento y modelando conductas de colaboración, responsabilidad, comunicación, liderazgo y confianza.

La lección de 3 períodos: La introducción del lenguaje en un aula Montessori se produce a través de la lección de 3 períodos (o de 3 tiempos). En una triada de objetos (tres letras, tres colores) primero se nombran los objetos, señalándolos. En el segundo tiempo, se usa el lenguaje para lograr relaciones de calidad en la memoria (por ejemplo, «señálame el rojo», «por favor, mueve el verde»), y finalmente, se comprueba la adquisición del vocabulario pidiéndole al niño que nos diga cuál es cada uno de los objetos.

El ciclo de trabajo de 3 horas: La Dra. Montessori descubrió en sus investigaciones que el período óptimo de trabajo para un niño es un ciclo ininterrumpido de 3 horas. Parece ser que es mejor que se produzca por las mañanas, con una selección libre de materiales, interacción social, etc.

3 musas
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